Por Juan Tomás Valenzuela
Llegó el ungido de China,
llegó timbí de dinero,
llegó en un avión carguero
hasta el tope de bocinas,
El benefactor Medina,
que fue a oriente a hacer negocios,
llevó una recua de socios
pagados con mi dinero,
y a un grupo de reporteros
que solo fueron de ocio.
Un periódico local
llegó a hablar de “expectativas”
y eso me trajo diatribas
con un hermano carnal.
Queriéndose congraciar
con el que les pagó el viaje,
incurrieron en chantajes
dando noticias falseadas,
y como aquí eso no es nada,
les salió bien el aguaje.
Danilo vendiendo yuca
a su homólogo Jinping,
me recordó a Chapatín
después de un pase de hookah.
Si ese patán no se educa
antes de salir pa’fuera,
el escudo y la bandera,
que son nuestro gran orgullo,
los va a enliar en un chanchullo
de proporciones rastreras.
La batería de empresarios
que fue con Danilo a China,
no vendió ni mandarinas,
ni alpiste para canarios,
ni tampoco el calendario
del alcalde de Santiago,
ya que ese grupo de vagos
solo fue a comer Chop Suey,
a agenciarse su Feng Shui
y tomarse un par de tragos.
Todos los jefes de Estado
fueron allí a hacer negocios,
menos Danilo y sus socios
que fuén a coger prestado.
Ya nos tienen embargados
con los chinos de Formosa,
y si no para la cosa,
de aquí a mediados del 20,
estos dragones de oriente
nos pisan como babosas.
Juan de los Palotes
7 noviembre 2018